jueves, 22 de enero de 2015



  Un libro exquisito y ágil en cuanto a su lenguaje verbal. Intrigante, atractivo en sus temas y forma de tratarlos. Es el primero de la Trilogía de Cornish.

  La Universidad de San Juan y del Espíritu Santo, más parecida a la Entelequia, nos la describe Robertson Davies a la manera de Rabelais. Contrasta la cultura académica y el deseo de alcanzar la sabiduría con los otros más bajos y escondidos que emergen desde la raíz y el desenfreno de la infancia. Todo esto se hace posible con tres hechos relevantes: la llegada de Parlaban, con su locura y continua provocación (el más cercano a Rabelais), la muerte de Francis Cornish y su inmenso legado que conllevará a encuentros y algunas ambiciones, los descubrimientos de Ozy Froast, mezclando cropoterapia y alquimia, la deseada y excelente alumna María Magdalena Teotoky que con su familia gitana nos adentrará en la magia y el mundo de los lutieres, y cómo no, descubrimos a los ángeles rebeldes de la novela.

                                                                                                              Isabel Victorino

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