miércoles, 7 de agosto de 2013

Soldados de Salamina - Javier Cercas


El Club Opina ...

Creo que este libro gana después de leerlo porque está escrito en una prosa que puede parecer simple y, sin embargo, nos transmite una serie de opiniones sobre la vida con un significado muy profundo.

El estilo de cada una de las tres partes en las que se divide la novela es diferente y se adapta al punto de vista elegido en ese momento por el autor:

La primera es una recogida de datos sobre un tema que surge por casualidad de una conversación con Sánchez Ferlosio, hijo del soldado falangista sobre el que gira el argumento. Me parece un reportaje periodístico en el que el escritor se documenta para un artículo.

La segunda es una biografía en la que se cuenta de manera detallada y objetiva, casi histórica, la peripecia del fundador de la falange -Sánchez Mazas- dado por muerto durante mucho tiempo. El recorrido de su vida va desde el nacimiento hasta su muerte en 1966. Pasando por el episodio de su vida, el escondite en el bosque y el encuentro fortuito con Miralles.

La tercera y última parte me parece más filosófica, hace una reflexión sobre la importancia de ser escritor, sobre el significado de la figura del héroe y sobre la repercusión social de aquellos que tienen el poder político en sus manos.

En cuanto al hecho del presunto fusilamiento, cuando se habla de este suceso, al principio parece que a Sánchez Mazas lo han ejecutado de verdad. Poco después sabemos que consigue escaparse porque el soldado republicano que lo descubre en el bosque le perdona la vida. Este recurso me hace pensar en "Cien años de soledad" de García Marquez: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". Empieza así el primer capítulo de la novela, pero, al seguir leyendo, vemos que Aureliano Buendía se salva de ser fusilado gracias a la intervención de su hermano que hace prisioneros a sus ejecutores. Aquí pasa algo parecido y eso le da interés a la historia.

Pienso que hasta el final, en el que se nos habla de la vida y persona de Miralles, el republicano que permite la huida de Sánchez Mazas, no queda equilibrada la narración porque en esta parte del relato vemos menguar la figura de Sánchez Mazas y crecer la de Miralles. El escritor y la persona no siempre van d ela mano en la vida diaria.

En conclusión, creo que las guerras las perdemos todos (no sólo los "poetas" como dice Cercas en la novela) y deberían acabar definitivamente. si las ideologías son más importantes que las personas, flaco favor le hacemos a la humanidad. Yo defiendo, como Unamuno, la Intrahistoria y con sus palabras termino:

"La historia es entonces "el espectáculo", que necesita de estrategias "seductoras". Por ello se ve obligada a convertir a sus protagonistas en héroes, cuyas hazañas impacten en el escenario donde acuden los espectadores ávidos de intrigas". Frente a ese modelo, Unamuno propone "una Intrahistoria sin héroes, en la que las jerarquías de los protagonistas desaparecen. Todos los hombres importan en tanto que contribuyen a impulsar el tejido de la tradición eterna con sus vida grises y humildes de todos los días"...

Rosalía Ramos


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